Proprio oggi su Americas di Rocco leggevo un intervento sulle tante persone che in Colombia sono state rapite e vengono tuttora tenute sotto sequestro. La stampa internazionale ha fatto conoscere i nomi di Ingrid Betancourt, Clara Rojas e Consuelo González, ma Rocco ricorda giustamente che in mano alle FARC ce ne sarebbero altri 770 e rotti. Ma la drammatica conta non si fermerebbe qui, affermano Herbin Hoyos, giornalista radiofonico ideatore del programma Las Voces del Secuestro, diffuso da Caracol Radio, e la Fundación País Libre, altra organizzazione umanitaria colombania che diffonde, via radio, appelli e messaggi rivolti ai prigionieri del ribelle o del criminale di turno. Secondo queste fonti ci sarebbero più di quattromila persone tenute in cattività da qualche parte, "un decimillesimo della popolazione colombiana" dice il sito Web di Las Voces che riporta un impressionante elenco di nomi e dettagliate schede di sequestrati. Hoyos deve tanta sensibilità alla sua personale esperienza, un rapimento subito nel 1994 a Tolima, città da cui trasmetteva un programma chiamato Amanecer en América.
Ho trovato l'interessante pezzo di Virginia Lauricella (intitolato, guarda caso, Noches de Radio) sul quotidiano argentino La Nacion e soprattutto un intervento sul blog colombiano El Oyerista (andate sull'originale per seguire i numerosi link), un blog "para hablar de la radio nuestra de cada dia y de lo que se oye por ahi."
Según Las Voces del Secuestro hay más de 4200 individuos que permanecen raptados en Colombia en este momento, la diez milésima parte de nuestra población. Los más antiguos llevan 10 años sometidos, es decir 5 años Antes de Uribe y 5 años Después de Uribe, como dirán los nuevos historiadores y encuestadores que aun no pueden explicar si el 80% se traducirá en inteligencia, compasión, beligerancia u oportunismo (¿o voticos?).
La radio emergió como un canal de contacto entre quienes permanecen raptados y sus familias, ahora con los demás. Erbin Hoyos con las voces del secuestro en Caracol, Nelson Moreno con La carrilera en RCN Cali y Norberto Castaño con El Imparcial en HJKK en Neiva. Ahora reconocemos que además de ser el segundo país más feliz del mundo y el que tiene el presidente más popular del mundo, en buena parte gracias al presidente más bocón del mundo. También somos el que tolera la mayor cantidad de secuestrados en el planeta. Creo que ese rasgo de nuestra nacionalidad -el rapto- es una metáfora dolorosa de lo que nos falta a los colombianos para entendernos como colectividad.
Ahora la radio puede hacer más: necesitamos voces de reconciliación, que convoquen, que nos ayuden a reconocer el poder de nuestra diversidad y a encontrar el camino de vuelta a Colombia como escenario de encuentro y resolución pacífica y duradera de nuestros conflictos, porque la paz es muchísimo más que una piscina de mermelada que aparece luego del conflicto. Se construye. Necesitamos adelantarnos a quienes viven de la guerra y es urgente.
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Noches de radio, para los rehenes de las FARC
Virginia Lauricella De la redacción de LANACION.com
Dos programas emiten mensajes para los secuestrados; "Encontramos que este medio era un aliciente", dijo a LANACION.com Javier Velandia, coordinador de los microprogramas
"El único con audiencia cautiva". Así define el periodista Herbin Hoyos su programa. La frase podría esconder una amarga ironía, pero es literal. Desde 1994, el programa Las voces del secuestro y -desde 1997- la Fundación País Libre emiten por radio mensajes de aliento a los rehenes de las FARC, algunos de ellos recluidos en la selva desde hace una década. "Encontramos que este medio era un aliciente. Por un lado le da a los padres, hermanos y amigos una ilusión de estar en contacto con su ser querido y, para el secuestrado, oír la voz de un ser amado lo fortalece", sostuvo Javier Velandia, coordinador de los envíos que se transmiten, dos veces por semana, bajo el auspicio de País Libre, organización que brinda asistencia gratuita a las víctimas del secuestro.
El objetivo de la fundación es que los mensajes sean parte de una asesoría integral, por lo que son grabados por especialistas en ese delito. El espacio es heredero del programa En busca de la libertad perdida, suspendido por bajo presupuesto en 2005.
Los fragmentos, de quince minutos, se emiten a través de numerosas emisoras por la madrugada, al igual que Las voces del secuestro. Hoyos, responsable de este último proyecto que se emite los domingos, explicó que es ése el momento más propicio para que los rehenes puedan sintonizar sus precarias radios al ser un intervalo en los combates que se dan, según precisó, de lunes a viernes.
Es así como a partir de la medianoche, al finalizar la semana, familiares envían mensajes a sus seres queridos. La idea surgió con el mismo secuestro de Hoyos en 1994, mientras transmitía su programa Amanecer en América. "Me llevaron a Tolima. Allí encontré a un secuestrado encadenado a un árbol. Encendía y apagaba una radio. Cuando me presenté me dijo que dos noches atrás me había escuchado", recordó Hoyos en diálogo con LANACION.com desde Madrid. Después de ser rescatado por el ejército, decidió incluir en su programa una sección dedicada a los cautivos. La misma fue creciendo hasta llegar a seis horas, que se mantienen hasta hoy, emitidas por Radio Caracol, en enlace con más de 163 emisoras.
Desde los comienzos, Hoyos estima que transmitieron 323.000 mensajes a los secuestrados. Para no ponerlos en riesgo, se encargan de verificar que el contenido sea humanitario. "Nunca damos datos que eleven el perfil del secuestrado para evitar extorsiones. Con ese objetivo, hay un manejo del lenguaje para que sólo se beneficie el rehén en lo anímico", sostuvo el periodista.
Aunque también muchos de los mensajes reflejan la "subtrama" del conflicto, sus efectos en lo más cotidiano. Entre otros, se dio el caso de una mujer que le comunicó a su esposo que iba a rehacer su vida por la radio. Por otro lado, además de brindar contención durante más de una década, también se hicieron 800 denuncias. "El 65% de ellas terminaron en condenas de secuestradores", indicó el periodista, que cuenta con una larga trayectoria como corresponsal de guerra y cuya familia reside en el exterior después de sufrir tres atentados.
Más llamados.
Las últimas pruebas de vida entregadas por Consuelo González reactivaron las esperanzas de aquellos que tienen familiares en manos de la guerrilla. Al menos, una prueba de ello es el aumento de llamados que recibieron los programas. "Pasamos de 1200 llamadas por programa a 3800", señaló Hoyos.
Igual es el caso de Fundación País Libre. Más gente se acercó a grabar mensajes, tanto familiares como colombianos que quieren solidarizarse.
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