15 febbraio 2009

Quel treno di onde in Cantabria

Avevamo deciso di viaggiare in Cantabria per caso, un'estate di parecchi anni fa. Il treno ci avrebbe messo troppo, l'aereo era già diventato un mezzo abbordabile e così siamo atterrati proprio a Santander. Era ancora una Spagna in rinascita, non sembrava proprio sul punto di sorpassarci ma era già chiaro che loro, al contrario di noi, avevano voglia di avere un futuro. E Santander fu una scoperta bellissima, con quei bar de papas col soffitto alto e i prosciutti impiccati con il loro cono raccogli-grasso, quelli strani molluschi abbarbicati ad alghe gommose che non ricordo mai come si chiamano (perbeñas? algo así percebes! me lo sono ricordato solo adesso... ), le strade affollate, quel Belle Epoque palazzo della regina, stagliato sul mare. A Est quell'altra perla di San Sebastian, Biarritz in Francia. A ovest Oviedo e Gijón, il romanico asturiano, i Picos de Europa, l'apocalittico manoscritto di Liébana. Fu un viaggio perfetto, da una stazione de los autobuses e un'altra (il treno era fermo un giorno sì l'altro anche perché l'ETA annunciava una delle sue bombe e i binari venivano chiusi e ispezionati), tra stanze e chiese e strade accoglienti e cordiali, i porti che tra Genova e Marsiglia sono "Sud" e qui, anche se la latitudine è la stessa, sono "Nord", come il bonito del Norte, il tonno cantabrico e fare il bagno in agosto, su quelle spiagge, sembra più o meno di essere in Danimarca tanto ti raggela, ma la signora non giovanissimo vicino a te sulla battigia sorride e dice di buttarti qué no es frío (è freddo polare, invece, ed è ferragosto accidenti a lei, le onde ti trascinano pure via).
Adesso leggo sul Diario Montanes che la associazione della stampa cantabrica ha pubblicato un bel libro di un giornalista santanderino sulla nascita della radiofonia in quella regione, nell'anno di grazia 1933, era della seconda repubblica spagnola, quei cinque anni di democrazia per cui la Spagna e l'Europa intera pagarono una immane tassa di sangue. Il volume, Tren de Ondas, che include un CD con foto e documenti d'archivio, ripercorre la storia delle prime emittenti cantabriche, rievocando persino la visita di Guglielmo Marconi a Santander, nel 1928. E io penso che se adesso fossi su quella spiaggia, vicino al "Capricho" di Gaudí, tanto varrebbe farlo il bagno (non può essere più freddo di com'era) e farsi portare via davvero, come su un treno di onde.

La radio nació en Cantabria para promocionar la región

La Asociación de la Prensa de Cantabria edita el libro 'Tren de Ondas', un trabajo de investigación sobre los orígenes de este medio de comunicación, en 1933, para dar a conocer por España nuestra tierra en la II República, tras la marcha de los Reyes
15.02.09 - JUAN CARLOS FLORES-GISPERT

Un libro y un cedé, editados por la Asociación de la Prensa de Cantabria, quinto tomo de su colección 'José Estrañi', sacan a la luz los orígenes de la radio en Cantabria, hace 75 años, en la II República. Surgió con el deseo de dar a conocer Santander a través de las ondas, una vez perdido el protagonismo nacional tras la marcha de los Reyes de España y el abandono de sus veraneos en La Magdalena. La obra ha sido editada con la colaboración de las consejerías de Cultura, Turismo y Deporte; y de Industria y Desarrollo Tecnológico del Gobierno de Cantabria.
El volumen, titulado 'Tren de Ondas. Los orígenes de la radio en Cantabria' es un trabajo de investigación sobre el nacimiento de este medio de comunicación en la capital cántabra, en 1933. Este trabajo, del periodista santanderino Carlos Báscones, relata los orígenes de este medio de comunicación, con sus sueños, proyectos y realidades y cómo se entendían los contenidos locales. Pistas que nos sirven para comprender la radio que hoy oímos en nuestra Comunidad Autónoma y como se puede posicionar ante el futuro inmediato. Hoy, las emisoras de radio son parte de la vida de los cántabros, entre ellas está la joven Punto Radio DM, pero hace 75 años nada existía.
La publicación de Báscones contiene dos elementos diferenciados. Un libro impreso en papel y un disco cedé con elementos de gran interés, como la digitalización, reconstrucción y limpieza de las portadas y páginas de la Revista decenal de La Voz de la Montaña (desde noviembre de 1934 a junio de 1936) editada para los abonados, y que es un documento de gran valor por ser la primera publicación que se conoce en Cantabria de estas características. Además, el cedé incluye un interesante 'archivo sonoro' con voces de cántabros universales de esa época, como eran Concha Espina, Leonardo Torres Quevedo y del primer rector de la Universidad Internacional de Santander, Ramón Menéndez Pidal. También contiene varias tonadas del cantante de música popular Aurelio Ruiz (rescatadas de un disco de pizarra) y el anuncio de la crema de belleza 'Risler' que utilizaban nuestras abuelas. Son verdaderas composiciones musicales. Se completa el cedé con una galería de 26 fotos.

Nueva sociedad de masas

Este trabajo sobre la radio no es una simple enumeración de datos. Relata hechos cotidianos. La intrahistoria del Santander republicano, que por aquél entonces era sinónimo de Cantabria: una ciudad de unos 90.000 habitantes. Aparecen historias personales, como la de los primeros fundadores de la primera emisora de Cantabria: el máximo accionista y diputado a Cortes Eduardo Pérez del Molino; el concesionario y director artístico Luís Pérez Vicente, autor de zarzuelas y pianista en el Café Cántabro; el promotor del cuadro artístico, Domingo Felices, ebanista de profesión; locutores como Delfina Cubillas o Luís Pérez Elvira, más tarde jefe de los servicios técnicos; y el recordado Arturo Moreno, entre otros.

En la radio el arte es cultura

También se añaden en el volumen de Báscones las vidas de varios artistas locales, en relato de sus hijos y que actuaban en la radio: El 'pasiegazo', como se denominaba a Nel Cobos, de gran popularidad, y primer humorista con chispa de la radio local. Sus charlas radiofónicas, habladas en pasiego, eran monólogos (lo que hoy se conoce como One man show) cargadas de retranca rural y que movilizaban al vecindario para escucharlo. Se incluyen algunas de sus intervenciones cargadas de agudeza. También aparece en el volumen la tiple Pepita Sierra, una artista de gran versatilidad; así como la vida del mejor intérprete de canciones montañesas, Aurelio Ruiz, uno de los fundadores del grupo 'El sabor de la Tierruca' que al acabar la guerra es encarcelado por sus ideas republicanas en Los Salesiano, colegio que fue convertido en cárcel. Después fue trasladado a la prisión de Cuéllar-Castillo (Segovia). De gran emotividad es una poesía en un dibujo basado en una fotografía de su persona, que se reproduce en el libro, que le envía su hermano Cipriano, encarcelado en el edificio de Tabacalera. Para levantarle el ánimo le dice que «como la tonada montañesa que triste empieza, alegre terminando, así espero tu pena acabará para empezar tu eterno, alegre canto».

Informar, formar y entretener

La radio era el medio de ocio más importante de la vida social y familiar de la época. Además de informar con sus espacios de noticias, destacaba el entretenimiento con la emisión de óperas y zarzuelas y la formación para sus oyentes con charlas sanitarias de prevención contra una de las pandemias por aquel entonces como la 'tisis'. Es decir, la tuberculosis. Pero sobretodo, insistía en la educación, el arma para vencer el atraso de la sociedad española. Si en España había más de un 60% de analfabetos, en Santander capital, no en el resto de Cantabria que se había visto favorecida por los indianos a su vuelta de América con la construcción de escuelas, había unos 10.000 niños sin escolarizar.
En la radio intervinieron inspectores de primera enseñanza, como Jesús Revaque, director del grupo Escolar Menéndez Pelayo y que fue también de EL DIARIO MONTAÑÉS al estallar la Guerra Civil. Se exilio después a México, donde es considerado como gran personalidad de la enseñanza y que promovió ante los micrófonos las 'Bibliotecas Rurales Circulantes' para maestros y campesinos.

Fútbol y literatura

En el volumen editado por la Asociación de la Prensa de Cantabria se citan programas de éxito, como las 'Emisiones féminas' con reflexiones sobre el papel de la mujer en la sociedad o 'Infantiles' con el niño Tolete. En ambos casos, uno de los mayores atractivos eran los sorteos de regalos. Intervinieron escritores como Manuel Llano, Jesús Cancio, Manuel González Hoyos (director de EL DIARIO MONTAÑÉS), Arturo de la Lama o Francisco Cubría. Recitadores como Pío Muriedas o Rosarito Iglesias y cronistas deportivos, como Agustín Fernández 'Langarita'. Según se documenta, su primera crónica deportiva fue el 25 de noviembre de 1935. Primero en radiar en directo los partidos de fútbol del Racing, fue creador de palabras y latiguillos a través del programa 'Retablo deportivo' que luego se repetían en la calle como aquello de 'buenas y soleadas (o lluviosas, dependiendo del día) tardes' y 'se pudo ganar, se pudo empatar y al final ... se perdió'.
El cuadro de actores
El libro hace mención a las emisiones en directo desde los desaparecidos teatros Pereda y Coliséum o cafés como El Áncora o Bulevard de antes del incendio. Cabían todos los autores y géneros musicales, como la copla o el fox-trot. Destacaban las composiciones clásicas (las emisoras tenían su propio cuarteto que actuaba en directo), así como rondallas, bandas, coros como la Coral de Santander y música del folclore regional. Obras teatrales y en especial los sainetes porque lo cómico-ligero se vincula con éxitos de taquilla. Las óperas y zarzuelas (la primera que se emite es La Romería de Miera), son puestas en antena por un grupo de aficionados, hombres y mujeres jóvenes, de entre 18 y 25 años, con gran ilusión por la difusión de la cultura, que forman el primer cuadro artístico de la emisora. Ellos son el embrión y el motor, cuando dejan la radio, de la popularización de la cultura en la ciudad que más tarde se organizan en la Asociación Amigos del Arte, Lírica Montañesa o Amigos de la Ópera.

Il cavallieri Marconi

Como antecedentes al nacimiento de la radio santanderina se citan en las primeras páginas dos hechos destacados: la visita a Santander del premio Nobel, profeta de las telecomunicaciones inalámbricas, Guillermo Marconi en su yate 'Electtra', en julio de 1928. Desde las primeras páginas de la prensa local se le da la bienvenida como iniciador de la nueva era de las telecomunicaciones y se le recibe con honores en el Ayuntamiento; visita las cuevas de Altamira y almuerza en el Real Club Marítimo, centro deportivo que acababa de ser inaugurado en unos terrenos cedidos por el Ministerio de Fomento, y que contaba con un embarcadero de madera.

Fuentes de investigación

En la realización de este trabajo se han consultado los siguientes archivos: Biblioteca Municipal de Santander, Centro Documental de la Memoria Histórica del Ministerio de Cultura de Salamanca, Residencia de Estudiantes y Cámara de Comercio e Industria (en Madrid ambas instituciones), Fundación Marcelino Botín, Asociación Amigos del Arte y Asociación de la Prensa de Cantabria, además de otras aportaciones personales (periodistas, historiadores, docentes, etc...) y charlas con familiares e hijos de algunas de las personas citadas en el libro.


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